viernes, 30 de noviembre de 2007

Cuento de Amorexia

Amorexia es un amigo que tiene un blog maravilloso de relatos y me regaló este:

Sigue muerta. Aún sostengo por temor el insecticida en la mano, a una distancia prudencial. Termino de ir al baño y vuelvo a la cama. Ahí esta, sigue muerto, pero no para de fumar, junto a mi cama, sin ningún respeto a mi vida, sin que medie la menor pretensión de consideración de su parte, y debería ser así sin duda, el es al mismo tiempo quién atormenta mis sueños, el velador de mis pesadillas, gestor intelectual de mi muerte, de mis terribles sueños. Cada día es la tos quién me despierta, mis pulmones llenos de nicotina y alquitrán desvelan cada una de mis imágenes terribles, en los que me ahogo por dentro, luego lo veo arrastrarme a las cámaras de fumado, desfallecido, envenenado. No me importa que deshaga en desdicha mis noches, que alteré mi silencio al dormir con su respiración y aspiraciones de tabaco, pero el humo me asfixia, y tal como el cuervo que se entrometía en el dolor de Poe por su amada Leonora, el invisible sigue allí, fumando al lado de mi cama,.Yo me muero, la recuerdo, el sigue muerto, mas no hay insecticida contra el enfisema de mis sueños, fumo mas cada noche sus asuntos pendientes de invisible, y me habla al oído, en una bocanada que aún hoy induce mis pesadillas. Mi atrapa-sueños huele a tabaco, ni la medicina tiene explicación para esto, él sigue allí, yo me ahogo de la tos, mis pulmones se llenan de alquitran, me preocupa escupir tanta sangre, mientras él enciende otro cigarro invicible, que no es para él.Un regalo feísta para fumadores y no fumadores.SDaludos desde mi hora mas oscura.
27 de diciembre de 2007 21:10