Fumar duplica el riesgo de necesitar endodoncia dental

Además, cambia el color de los dientes y daña las encias El tabaquismo casi duplica el riesgo de que los fumadores necesiten endodoncias en dientes y muelas, según un estudio que publicará la revista "Journal of Dental Research"

Estudios anteriores ya habían determinado que el hábito de fumar cigarrillos cambia el color de los dientes y causa enfermedad en las encías, señala el artículo que se publicará en abril, y fue distribuido en internet.

"Las conclusiones sustancian lo que la mayoría de nosotros ya sabíamos: fumar daña la salud", dijo la epidemióloga Elizabet Krall Kaye, del Hospital de Veteranos en Boston, quien es además profesora de políticas de salud en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston.

"Encontramos que los fumadores de cigarrillos tenían 70 por ciento más probabilidades de necesitar una endodoncia que los no fumadores", dijo Kaye.

"Dado que la endodoncia es tan común -se calcula que la mitad de los adultos en EEUU han tenido al menos uno de esos tratamientos antes de cumplir 50 años- quizá la gente puede conectar con ella más que con el cáncer de pulmón y otras condiciones inducidas por el tabaquismo", añadió. Fumar duplica el riesgo de necesitar endodoncia dental

"No importa cuál sea su edad, usted puede necesitar una endodoncia y, según lo demuestra nuestra investigación, el tabaquismo aumenta el riesgo", dijo Kaye.

Las conclusiones se sustentan en los datos recolectados por el sistema de la Administración de Veteranos. El estudio, que comenzó en 1968, analizó la salud dental y física de más de 800 hombres a lo largo de 30 años.

La endodoncia es necesaria cuando la pulpa dental, esto es el tejido blando de los dientes que contiene nervios y vasos sanguíneos, se inflama. El dentista remueve el tejido infectado, limpia el espacio y rellena el diente o muela para impedir que la infección bacteriana vuelva a colonizar el área.

Con la ayuda de endodoncistas residentes que estudiaron las placas de rayos X tomadas en el curso del estudio, Kaye pudo identificar 998 piezas dentales que recibieron ese tratamiento, y los datos se compararon luego con los hábitos de tabaquismo de cada hombre.