El costo de fumar

Argentina, (Infobae / NoticiaCristiana.com) Las estadísticas muestran que se empieza con el vicio a los 16, y que se pierden hasta 7 años de vida por el cigarrillo. Pero si se invirtiera lo que se gasta cada año en tabaco, al llegar a la vejez se podría obtener una renta mensual de hasta $4.000, disponible para los años ganados por no fumar.

Para todos aquellos que fuman regularmente, el costo de encender un cigarrillo puede ir más allá del riesgo de contraer cáncer de pulmón o de garganta. Hay que gastar más en medicamentos, los seguros de vida pueden ser más caros, y eso sin tener en cuenta lo que se gasta en cigarrillos cada año.

Si se toma como parámetro el precio de un paquete de Marlboro Box de 20 cigarrillos ($3,50), una persona que fuma un paquete por día gasta unos $25 por semana y cerca de $1.300 al año.

Pero si en vez de fumar, decidiera invertir ese monto cada año, al llegar a la vejez podría reunir un interesante capital, comparable a lo que otorga un plan de retiro.

La pérdida financiera más impactante para los fumadores está determinada por el costo de oportunidad que implica destinar parte de los ingresos para cigarrillos en lugar de invertir cada año la misma suma.

Si se invirtiera durante toda la vida de manera conservadora (con una tasa de interés del 3% anual, que es lo que se obtiene en un país desarrollado donde los depósitos no se confiscan), al llegar a la vejez se podría obtener una renta de entre $70.000 y $320.000, de acuerdo a la cantidad de cigarrillos que se fumen por día, y si se es hombre o mujer (la esperanza de vida no es la misma).

Asimismo, cuanto más joven se deje de fumar, mayor será la renta (este cálculo toma como supuesto que el precio del atado de cigarrillos no varía en el tiempo).

Si se tiene en cuenta que no fumar aumenta los años de vida, esta inversión permite disfrutar de una renta mensual de entre $1.500 y $4.000 durante los años que se ganaron por no fumar (de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 7 para los que consuman por encima de 40 cigarrillos diarios, y 4 para los demás). En definitiva, el costo de fumar puede compararse con el de contratar un plan de pensión en el extranjero.

Pero esto no es todo. La cuenta anual para los fumadores también crece en otros rubros tales como seguros de vida y de hogar, medicamentos, gastos de limpieza, etc.

Muchas aseguradoras cobran una prima extra en sus seguros de vida para personas que fuman más de 20 cigarrillos por día. Los valores de estas primas extra varían de acuerdo a la edad, sexo y en algunos casos el tipo de tabaco que consuman (cigarrillo, pipa, cigarro), pero pueden incrementarse 30% si se es joven y hasta 70% para un adulto.

En los EEUU, la diferencia puede llegar a ser del triple. Algunos seguros de hogar discriminan entre fumadores y no fumadores, ya que aumenta el riesgo de incendios; otros no cubren el incendio originado por accidentes del fumador. Las prepagas no cobran un plus por ser fumador. En general, los tratamientos por enfermedades generadas por el tabaco están cubiertos en 100%.

Pero los medicamentos necesarios están cubiertos hasta 70%. “El costo de la medicación varía mucho según cómo afecte al fumador. Por ejemplo, para un tratamiento de enfisema cuestan $150 mensuales”, explica el Dr. Pedro Borthaburu, especialista en medicina interna.

"Hay que tener en cuenta también el lucro cesante del fumador, porque el cigarrillo lo incapacita para realizar muchas actividades", indica Borthaburu. Pero esto es difícil de cuantificar.

A nivel del efecto sobre la economía en su conjunto, en la Argentina no existen datos, pero en una investigación de la Universidad de Duke, en los EEUU, se comprobó que el costo total de fumar genera una pérdida para la economía estadounidense equivalente a US$40.- por paquete (cuestan en promedio US$4.-), debido a la caída en la productividad industrial por mayor ausentismo, el costo en atención médica y el efecto sobre los fumadores pasivos.

Representan US$ 75.000.- millones anuales en gastos médicos más US$ 80.000.- millones por caída en la productividad.

Datos del INDEC muestran que el gasto en cigarrillos en la Argentina equivale a 1,26% del gasto total de los hogares, siendo mayor en Capital y el Gran Buenos Aires, y más bajo en el norte del país.

Si se mide por nivel educativo del jefe de hogar, el gasto en tabaco es proporcionalmente mayor en las familias de menores ingresos, pero eso se puede explicar porque su capacidad de ahorro es menor.

Dos muy interesantes estudios realizados por el Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Superior de Ciencias de la Salud (ISCS) brindan datos útiles para delinear el perfil de los fumadores argentinos:

- Cerca del 40% de la población fuma en la Argentina. Entre los hombres, este porcentaje es de 45% (en China fuma el 80% de los hombres), y de 35% para las mujeres. El 85% de los jóvenes que comenzó a fumar lo hizo entre los 10 y 16 años. “El pico se hace entre los 13 y los 14 años.

"Después de los 17 es difícil que empiecen a fumar”, dice el Dr.Claudio Santa María, rector del ISCS. El 60% consume hasta 10 cigarrillos por día, 27% hasta 20 cigarrillos, y 13% 40 cigarrillos en promedio. "En todos los niveles socioeconómicos los porcentajes son similares".
"Lo máximo que vemos es hasta 60 cigarrillos por día, relacionado con el nivel de estrés que este fumador maneja en su vida", aclara Santa María. La Oficina Sanitaria Panamericana indica que en nuestro país mueren 40.000 personas cada año por enfermedades relacionadas con el tabaco (4 veces más que por accidentes de tránsito).


En promedio, según la OMS, un fumador disminuye en 4 años su esperanza de vida, y en 7 años para los que fuman por encima de 40 cigarrillos diarios. Para quienes quieran dejar de fumar, los tratamientos para abandonar el cigarrillo pueden costar $300 si se realiza de manera personalizada o $150 en grupo.

“Pero en estos temas hay una contradicción –sostiene Borthaburu-, porque el Gobierno está promoviendo que la gente deje de fumar y adhiera a planes `fumar cero´, pero no obliga a las prepagas a que cubra los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar”.